La Cámara Baja cerró el año legislativo con profundas tensiones entre aliados y socios políticos. El 28 de noviembre, la sesión especial impulsada por el PRO para debatir el proyecto de Ficha Limpia fracasó por falta de quórum. Este episodio reveló tanto la debilidad de las alianzas parlamentarias como la estrategia de polarización del oficialismo de cara al próximo escenario electoral.

La última sesión ordinaria en Diputados dejó en evidencia cómo la polarización política se perfila como herramienta para las próximas elecciones. Ese día, Cristian Ritondo, jefe del bloque del PRO, defendió el proyecto de Ficha Limpia como un acto ético y necesario para responder a las demandas de la sociedad, evitando confrontaciones directas con el oficialismo. Sin embargo, las intervenciones de otros referentes, como Silvia Lospennato (PRO), Juan Manuel López (CC) y Rodrigo De Loredo (UCR), fueron menos diplomáticas.
Lospennato acusó a los diputados ausentes de carecer de compromiso ético y los criticó por permitir que la impunidad prevaleciera. Desde la Coalición Cívica, Juan Manuel López denunció un pacto implícito entre el gobierno y el kirchnerismo, una dinámica que, según él, fortalece la figura de Cristina Kirchner en la polarización interna. Por su parte, Rodrigo De Loredo, jefe de la bancada radical, señaló a La Libertad Avanza como responsable, y atribuyó al oficialismo el uso de una estrategia polarizadora extrema para bloquear cualquier progreso legislativo y favorecer objetivos personales y partidarios.
En este contexto, el gobierno de Javier Milei parece apostar decididamente por una estrategia de confrontación con una de las figuras más influyentes de la oposición: Cristina Fernández de Kirchner. Entre sus objetivos se encuentran consolidar y expandir su base electoral, obtener una mayoría parlamentaria y fortalecer su esquema económico. Este enfoque está transformando las alianzas políticas y redefiniendo los clivajes tradicionales en el panorama nacional. Sin embargo, surge una pregunta fundamental: ¿en qué se basa la confianza del oficialismo para enfrentarse con la figura central de la oposición?
Mano a mano hemos queda´o.
Como en el pesaje previo a un combate de boxeo, el Congreso argentino se ha convertido en la antesala de un enfrentamiento electoral crucial para el oficialismo. Las principales fuerzas y bloques legislativos se posicionan, calculan su apoyo y ajustan sus estrategias según la credibilidad que han acumulado. En este cuadrilátero simbólico, La Libertad Avanza (LLA) busca fortalecer su posición y achicar el espacio del centro político que habitan las derechas moderadas. Mientras tanto, al otro lado del ring, la oposición, conformada principalmente por sectores de Unión por la Patria (UP), y en menor medida, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) intenta reconstruir su base de apoyo tras el desgaste y la pérdida de votantes que sufrió en las últimas elecciones.

Reunión del Partido Justicialista (PJ) de la Provincia de Buenos Aires en Moreno. Fuente: redes sociales.
Este escenario no solo refleja luchas internas y alianzas tácticas, sino también tensiones y malestar entre distintos sectores. Uno de los principales afectados por las dinámicas del oficialismo es el PRO. Mauricio Macri debe enfrentar el desafío de definir su narrativa, mantener su electorado y evitar la fuga de dirigentes hacia la fuerza que comandan los hermanos Milei.
La estrategia del espacio libertario se centra en destacar, especialmente ante los votantes indecisos, los resultados económicos obtenidos hasta ahora. La economía sigue siendo un tema central para el electorado argentino, y el oficialismo busca mostrar cifras y políticas exitosas que fortalezcan su credibilidad. Demostrar estabilidad económica y mejoras concretas es esencial para ganar el respaldo de aquellos que aún tienen dudas.
Round 1: cross de imagen positiva y guardia arriba para consolidar el núcleo duro.
El oficialismo, liderado por Javier Milei, sube al ring con una imagen positiva y un discurso que continua la línea de reformas, ajuste y ruptura. La medición del Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) de la Universidad Torcuato Di Tella revela que en el mes de noviembre tuvo un crecimiento de 2,66 puntos, con un aumento de 9,86% respecto al mes de octubre de 2024 y con un nivel de confianza de 5,7% mayor al de la medición de noviembre del 2016 al comienzo del gobierno de Mauricio Macri, y 31,7% mayor al de la medición de noviembre 2020, al comienzo de la gestión de Alberto Fernández.

Fuente: ICG Torcuato Di Tella. www.utdt.edu
La estrategia oficialista busca capitalizar este respaldo para fortalecer su posición electoral con vistas a 2025, confiando en que su imagen positiva influya en sectores clave del electorado, especialmente entre quienes apoyan opciones de centroderecha y se identifican con el PRO. En el escenario político, lejos de ofrecer desafíos sencillos, Milei enfrenta la necesidad de equilibrar las expectativas de los votantes pragmáticos con las demandas de su núcleo duro. Estos últimos observan con atención cada movimiento y esperan que el economista refuerce el ideario libertario y la narrativa anti-casta y anti-sistema que cautivó a su base militante.

Imagen compartida por la cuenta oficial del presidente en referencia al caso Kueider.
Round 2: gancho cruzado de economía.
La caída de la inflación se presenta como una de las principales fortalezas en el panorama económico del país. Luego de un primer semestre marcado por ajustes severos y medidas de estabilización, los índices inflacionarios muestran una reducción, de acuerdo con un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

Sin embargo, la variación interanual no refleja los mismos índices que la desaceleración mensual de la inflación, ni se corresponde con el nivel de consumo de la población argentina. Esto se debe a que el indicador interanual muestra un promedio anual, dejando fuera las fluctuaciones mensuales que afectan directamente el bolsillo de quienes realizan sus compras en los supermercados, lo que genera una percepción distinta entre los ciudadanos.
Otro factor relevante es la baja en el dólar blue, acompañada por la estabilidad en el tipo de cambio oficial, que registra un aumento controlado del 2% bajo el esquema crawling peg. Además, el riesgo país ha descendido a 772 puntos.

Fuente: Ámbito financiero https://www.ambito.com/contenidos/riesgo-pais.html
Aunque estos avances permiten al oficialismo presentar logros económicos, economistas advierten que la estabilidad macroeconómica no se traduce automáticamente en bienestar social. El poder adquisitivo continúa deteriorándose, y la brecha entre las cifras macroeconómicas y la realidad de los ingresos familiares genera tensiones sociales complejas.
Round 3: jab y uppercut al oficialismo
La principal debilidad del oficialismo radica en el alarmante crecimiento de la pobreza. Según el último informe del Observatorio de la deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) , la mitad de la población argentina vive por debajo de la línea de pobreza, lo que desdibuja los avances económicos del gobierno y pone en evidencia las profundas desigualdades estructurales que persisten en el país. Este escenario plantea serios cuestionamientos sobre la performance política libertaria.

Fuente: Observatorio de la deuda social (UCA) uca.edu.ar
Además, el desmantelamiento, el desfinanciamiento y la paralización de políticas sociales agravan las condiciones de vida de una población ya golpeada por la pobreza. El informe “La cocina de los cuidados” del CELS revela que, de 49 políticas de cuidado analizadas, 24 están desmanteladas, 18 en riesgo y solo 7 permanecen activas. Este debilitamiento de las políticas estatales destinadas al bienestar social profundiza la precarización y amplía la brecha de desigualdad, dificultando la recuperación de quienes más lo necesitan.

Fuente: informe del CELS https://www.cels.org.ar/web/
Para la oposición, estos datos representan una herramienta clave para erosionar la legitimidad del oficialismo y recuperar el apoyo del electorado perdido. La pobreza no solo es un indicador económico, sino también un reflejo de la desconexión entre el crecimiento económico y la distribución equitativa de sus beneficios. A este panorama se suman la precarización laboral y el deterioro del poder adquisitivo, consolidando un escenario social marcado por la desigualdad.
A sus esquinas: recuento de puntos.
Con el cierre del año legislativo ordinario, las fuerzas políticas afinan sus estrategias para enfrentar la próxima batalla electoral. La renovación de la mitad de la Cámara de Diputados será decisiva para determinar si La Libertad Avanza logra consolidar una mayoría parlamentaria que le permita profundizar su agenda de reformas. Liderado por Javier Milei, el oficialismo apuesta a desarticular a la centro derecha, captando votantes y dirigentes provenientes del PRO, la UCR y la Coalición Cívica, al tiempo que proyecta una ofensiva para ganar terreno entre sectores de Unión por la Patria (UP).
Distritos clave como la Provincia de Buenos Aires, la Ciudad de Buenos Aires y Santa Fe jugarán un papel determinante en esta disputa. En Buenos Aires, donde se renuevan 35 bancas, 3 pertenecen actualmente a la Coalición Cívica, 7 al PRO y 15 a Unión por la Patria. En la Ciudad de Buenos Aires, tradicional bastión del PRO, se renuevan 13 escaños, de los cuales Unión por la Patria ocupa 3, el FIT 1, y el resto están en manos de los antiguos socios del extinto Juntos por el Cambio. Por su parte, en Santa Fe, el tercer distrito electoral más numeroso, se renovarán 9 bancas, de las cuales solo 3 pertenecen a Unión por la Patria.
En este contexto, los recientes indicadores económicos y sociales presentan tanto oportunidades como desafíos para el oficialismo. La caída de la inflación y del riesgo país refuerzan su narrativa de estabilidad económica, mientras que el creciente índice de pobreza expone las contradicciones entre los avances macroeconómicos y las condiciones de vida de la población.
La contienda política permanece abierta. Las elecciones intermedias modificarán la composición del Congreso, brindando al oficialismo la posibilidad de alcanzar una mayoría parlamentaria mediante escaños propios, alianzas con fuerzas provinciales y el respaldo de aliados ideológicos. En un escenario marcado por la crisis y las profundas desigualdades sociales, surge una pregunta central: ¿logrará La Libertad Avanza absorber a la centro derecha, consolidar sus logros y derrotar al kirchnerismo mediante su estrategia de polarización?