El gobierno de Javier Milei llegó a noviembre con un creciente índice de confianza de gobierno (ICG). Se aproxima navidad, año nuevo y los balances económicos y políticos.

El año de gestión comenzó con la caída del índice de confianza de un 14,3% entre diciembre y abril de 2024, según el informe de la Universidad Torcuato Di Tella. Septiembre llegó con el informe del primer semestre del INDEC y sus datos se reflejaron en otra gran caída, un 14,8% menos que el mes anterior. Sin embargo, octubre y noviembre han repuntado con un aumento del 23,15% entre ambos meses. Llegamos a noviembre con un ICG de 2,66, el más alto del año.
La inflación se destaca como uno de los principales factores que favorecen al gobierno nacional y la confianza en él. Martín es abogado y tiene 61 años, forma parte del grupo etario donde es mayor el IGC, opinó: “Hay ciertos números de la economía que lo acompañan como el descenso de la inflación la quietud cambiaría en cuanto al dólar”, sin embargo sostiene que la microeconomía es otra cosa y que “los números de pobreza no acompañan esto”.
Uno de los logros del gobierno efectivamente fue la inflación, el índice de inflación acumulada (IFP) de 2023 fue de 211,4% mientras que el que llegó a calcularse hasta noviembre del 2024 fue de 112%, según INDEC. Es que hay una creencia hace tiempo que la estabilidad económica viene con la caída de la inflación, así lo aseguró Marcela (46): “La confianza seguramente vendrá por la caída de la inflación, a los argentinos nos interesa el bolsillo”.

A fines de 2023 la pobreza llegó a un 41% y la indigencia un 11%. El primer trimestre de Milei dejó un notorio aumento en esos niveles con el 52%9% de pobres y 18,1% de indigentes según los datos arrojados por INDEC. Este es uno de los factores que destaca Hernan de 27 años: “Es un acomodamiento de la economía a costa de desplazar a un gran porcentaje de la población a la pobreza o la indigencia”.
Si bien la caída de la inflación ha generado cierta estabilidad macroeconómica, la microeconomía sigue mostrando un panorama crítico. Esto se refleja en los altos niveles de pobreza y la creciente desigualdad.
Las fiestas traen un alto nivel de consumo pero las familias y su poder adquisitivo viene siendo afectado y golpeado durante todo el año. Los sindicatos de la CTA autónoma y CTA de los trabajadores denunciaron esta semana que el salario mínimo vital móvil actual sólo cubre el 60% de la Canasta Básica, dejando a muchas familias fuera de la posibilidad de celebrar como lo hacían antes.

Fuente: ODSA-UCA
Para algunos festejar ya no es posible y otros se han visto obligados a modificar sus tradicionales cenas navideñas, familias optando por alternativas más económicas o incluso reduciendo los gastos en regalos.
Pero posiblemente para quienes más diferente sea esta navidad es para los más de 1.5 millones de Niños, niñas y adolescentes que este año se convirtieron en pobres y unos 1.9 en indigentes. Según señala UNICEF más de 4 millones de niñas y niños viven en hogares que no tienen dinero suficiente para acceder a una alimentación mínima (el 34%).
Esta situación de desidia y abandono de las niñeces lleva años. El informe “Deudas sociales en la Argentina del siglo XXI (2004–2024)” afirma que aunque durante las dos décadas hubo mejoras y estancamientos se destacan los últimos 7 años en los cuales “se advierte un mayor deterioro y consolidación de un tercio de la infancia en situación de riesgo alimentario, de los cuales casi la mitad experimenta situaciones de privación severa”.
La navidad llega pero no para todxs y llega cada vez para menos niñas y niños, quienes no solo pierden esta cena sino que sufren día a día de inseguridad alimentaria. Vulnerabilizados por un lado por la desfinanciación interanual con un crédito vigente, que según UNICEF, es el más bajo desde 2004 y con un recorte del 55,7% en relación a 2023. Con una subejecución de tan solo el 34,5% de los recursos disponibles, durante los primeros 6 meses del año.