Matías Gallastegui es médico, militante de la salud comunitaria y candidato a legislador porteño por Es Ahora Buenos Aires. Desde sus primeros pasos en Zavaleta hasta la creación de una escuela de salud en la villa 21–24, articula su formación técnica con una mirada política que busca transformar el sistema de salud desde adentro.

Matías Gallastegui a sus 17 años, al igual que muchos argentinos, partió de su hogar en la capital chubutense para irse a estudiar a la Ciudad de Buenos Aires. Aún no tenía definido qué haría, pero sabía que sería algo vinculado a la salud. En su casa, la discusión política siempre estuvo presente pero si hay que poner un momento preciso donde empieza su militancia fue a sus 18 años. Se sumó a militar en el barrio de Zabaleta, en la organización La poderosa. “La medicina y la militancia social caminaron un tiempo en veredas separadas para mí”, explica. Finalmente, eligió estudiar Medicina en la Universidad de Buenos Aires, una carrera que él describe como “muy técnico-biológica”. Sobre eso reflexiona: “Nos forman mucho para entender los problemas biológicos pero muy poco para entender los problemas sociales, que en definitiva impactan en la vida de la gente”.
Al finalizar la carrera, Matías comenzó su residencia en un centro de salud del partido de San Martín, lo que desencadenaría en que se especialice como médico generalista. Durante ese primer día de la residencia, en Villa Concepción, se encontró una placa que decía “primer barrio obrero peronista” con un busto de Evita. Esa imagen lo marcó: no solo definió su especialización, también le permitió comprender el vínculo entre sus conocimientos técnicos y su definición política. “Entendí que quería ser un médico que esté en un centro de salud o lo más cerca posible de un barrio, y no ser un médico dentro del hospital”, sintetizó.

Matías considera que 2001 ha marcado a una generación de la que se siente parte. “Ese pueblo movilizado, esa vocación de lucha para que el proceso de degradación de los ’90 pudiera terminar con el 2001 como punto de politización”, dice, y agrega que es algo que no quisiera que vuelva a pasar. La llegada del kirchnerismo y sus políticas sociales ingresaron a su hogar con derechos como la jubilación de familiares que no se habían podido jubilar y con el pasar económico favorable que empezó tener su familia. “Fueron generando una mirada positiva por primera vez a la política y a los gobiernos, después de muchos años, de decir que se vayan todos”, aseguró.
De la organización territorial a la construcción política
Pasaron 10 años de ese primer hecho político que marcaría la vida de Matías y 4 años de haber empezado a militar. Junto a sus compañeros venían dando luchas territoriales en la Ciudad de Buenos Aires y comenzaban a resonar algunas preguntas: ¿Qué pasaba en el barrio popular?, ¿Qué pasaba con los procesos de organización?, ¿Por qué se le estaba entregando tanta tierra pública a tanta empresa inmobiliaria en la ciudad de Buenos Aires? Así, comenzaron a discutir el proyecto urbano de la ciudad y en 2011 fundaron la organización política El Hormiguero.
El hito fundante de la organización fue en 2013 cuando el gobierno de la ciudad, en ese momento Mauricio Macri, presentó el proyecto Solares de Santa María. Este plan inmobiliario sería en convenio con Inversiones y Representaciones Sociedad Anónima (IRSA) al lado del barrio de Rodrigo Bueno, en Puerto Madero, que costaría unos 15 millones de dólares. “Eso nos llevó a intentar desplegar toda una serie de articulaciones de lucha para frenar ese proyecto que efectivamente después se frenó”, relata Matías.

“La tarea de la militancia no era soñar con que algún día esa necesidad se convierta en derecho, sino empezar a garantizarlo aquí y ahora”, afirma. Desde esa premisa, desplegaron 12 instituciones en la Ciudad de Buenos Aires con ese método de trabajo. Entre ellas se encuentra la Escuela de Salud Comunitaria, con el objetivo de construir un modelo de salud alternativo al hegemónico. “El modelo focalizado en hospitales, hiperespecialización y tecnología es muy importante, pero sólo atiende al 15% de la población que requiere cuidados específicos o está en estado crítico”, señala. Y agrega: “Hay un 85% que necesita controles de salud, métodos anticonceptivos, vacunación, acompañamiento de embarazos y partos respetuosos”.
Dos realidades
El primer objetivo fue ir a ver qué pasaba con la salud en los barrios populares donde pudieron tener un pantallazo general de la desigualdad entre el sur y el norte de la ciudad. “La comuna 4 es una de las comunas que tiene peores indicadores de salud, para un nene que vive en el sur es tres veces más posible morirse antes del año de vida que para uno del norte”, señaló y sostuvo que “la expectativa de vida entre el sur y el norte hay una diferencia de casi diez años, eso no es por una constitución genética, es porque las condiciones de vida”. Por esta razón instalaron la escuela de salud en la villa 21–24, la más grande y más poblada de la ciudad de Buenos Aires.
“la expectativa de vida entre el sur y el norte hay una diferencia de casi diez años, eso no es por una constitución genética,
es porque las condiciones de vida”

Encuentro Nacional de Salud, 2023.
Las articulaciones institucionales públicas son fundamentales en los proyectos comunitarios, por eso buscaron aliados como la Universidad de Avellaneda, fundación huésped, ANLIS Malbrán para intervenir sobre cosas concretas: campañas, actividades pero también en la formación de promotores de salud. Estos últimos son “una figura central del centro” porque son los que contactan el centro de salud con el vecino de la vecina. La primera diplomatura que ofrecieron fue en Promoción de la Salud, con título universitario gracias a los convenios. “El gobierno de la ciudad reconoce a los promotores como una pieza fundamental, pero son los peores pagos y tienen contratos monotributistas”, denuncia.
El silencio de un sistema en crisis
“La salud ha perdido prioridad”, sentenció el candidato a Legislador porteño y desarrolló sobre la degradación del presupuesto de salud que desde 2007 hasta hoy ha disminuido 8 puntos porcentuales. Esto se traduce en 900 camas menos que se han retirado del sistema de salud, equivalente a 3 hospitales públicos generales. Lo segundo que enumera es la precarización del personal de salud y resalta la situación de las enfermeras que “mayormente tienen pluriempleo para llegar a fin de mes”. “Lo que se ve en los hospitales porteños son realidades bastante crudas que son poco observadas”, manifestó y dió de ejemplo al Hospital Durand, que en el verano se rompieron los aires acondicionados y los pacientes durmieron en los pasillos.
“La gestión de Javier Milei está destruyendo el sistema de salud público. El gobierno de la Ciudad no dice nada mientras se les quitan medicamentos gratis a los afiliados de PAMI, afectando a 450 mil jubilados porteños”, denuncia. También menciona el vaciamiento del Hospital Nacional Laura Bonaparte, cuya residencia interdisciplinaria en salud mental (RISAM) fue cerrada recientemente. “Esto afecta a quienes usan ese hospital en un momento donde proliferan los padecimientos de salud mental”, advierte.
“La gestión de Javier Milei está destruyendo el sistema de salud público. El gobierno de la Ciudad no dice nada mientras se les quitan medicamentos gratis a los afiliados de PAMI, afectando a 450 mil jubilados porteños”
Sobre el Hospital Garrahan, comenta que un neurólogo infantil con 25 años de experiencia tiene el sueldo congelado desde que asumió Jorge Macri. Esto, afirma, genera un vaciamiento que empuja a los profesionales al sector privado. También denuncia el vaciamiento del Programa Nacional de Inmunizaciones, que pone en riesgo la vacunación contra enfermedades como el sarampión. “Desde 2001 no teníamos una situación así”, concluye.
Matías continúa trabajando como médico y docente, pero asume un nuevo desafio en su militancia. Considera que para transformar la realidad es necesario dar la pelea en el terreno político. “Podemos atender a todos los pacientes que lleguen a la guardia, pero si el modelo político sigue siendo este, nunca vamos a dar abasto”, afirma. Tras años de trabajo territorial con El Hormiguero, acompañamiento legislativo a Maru Bielli y militancia dentro del kirchnerismo porteño, hoy integra la lista “Es Ahora Buenos Aires” encabezada por Leandro Santoro, con la intención de llevar esa lucha al recinto legislativo.