“Hace acordar a momentos en los que la libertad no estaba permitida”, afirmó Ema de 16 años que recuerda sólo por que alguien le contó. Este 24 de marzo, las calles desde el Congreso hasta Plaza de Mayo se llenaron de jóvenes que rechazan la censura a los artistas por expresar sus opiniones y que no toleran la impunidad policial frente a las amenazas contra menores de edad.

El 12 de febrero de este año Milo J, un artista reconocido por su grave tono de voz y la sinceridad de sus letras, tenía previsto presentar su álbum deluxe en el espacio de memoria ex ESMA. Minutos antes de empezar el show la policía llegó con camiones hidrantes y fue suspendido.
Este disco que continúa con su anterior lanzamiento “166”, hace referencia al colectivo que se tomaba desde su casa, en Morón. Con el colectivo de fondo ya instalado para la performance, Camilo–como lo llama su madre–hizo un vivo en instagram pidiendo a sus fans que no vayan, ya que corrían peligro. “Supongo que juntar 20 mil personas en un espacio de memoria al gobierno actual no le gusta, así que nos suspendieron el evento”, confirmó.

Foto: Rolling Stone
Las excusas fueron poco claras para el gran operativo que se montaba fuera de la ex ESMA. Recientemente Milo volvió a referirse del tema en una entrevista y declaró: “Cuidé a mi público porque lo descuidaron, había operativos policiales al lado de adolescentes”. Y contó que se imaginó una futurología que “no le gustaba nada”. El miedo a la represión policial totalmente injustificada a menores ya no es sorpresa, hace sólo unos meses en una de las movilizaciones que se realizan los miércoles por los jubilados rociaron a una niña de 10 años con un gas pimienta. Ni disculpas, ni arrepentimientos, a la ministra Patricia Bullrich no parece moverle un pelo.
Milo tiene 18 años y su carrera despegó a sus 16, y con ella, muchos adolescentes comenzaron a seguirlo y admirarlo. Existen pocos tan comprometidos como él con la lucha de las madres de la Plaza de Mayo. Durante uno de sus shows en el movistar arena proyectó imágenes de ellas mientras cantaba “Clara”, junto al Cuarteto de Nos. Además interpretó junto a Nito Mestre “Canción para mi muerte”, porque él a su vez admira a músicos de otra generación. Quienes a su vez también lo reconocen y apoyan. “Quedate tranquilo, ¿sabés las veces que me censuraron a mí cuando estaba en Sui Generis?”, le envío Charly García tras la cancelación de la pre escucha.
Milo J, Agarrate Catalina y Emiliano Brancciari
Cultura y censura
“Al presidente no les gusta que los artistas se expresen y cuenten lo que ven desde su perspectiva, como hicieron con Milo, Maria y Lali”, así afirmaron Julia y Lucero, dos jóvenes de 15 años. No es la primera vez que se asoma la palabra censura durante este último año. Los centros culturales estatales no permiten que se utilice música de Lali Espósito, quien sufre de una persecusión mediante violencia verbal y sombólica por parte del Presidente de la Nación.
Como todos los 24 de marzo los estudiantes secundarios participan de su columna estudiantil. Una gran ola de juventud que se expresa y hace memoria activa en las calles. “Milo representa a esa juventud y habla de lo que está pasando, usa la voz que tiene por eso lo quieren silenciar”, argumentó Ema de 16 años. Y agregó que lo sucedido el 12 de febrero: “Es un desastre que hace acordar a momentos en los que la libertad no estaba permitida”.

Foto: movilización 24 de marzo
Milo J también reflexionó sobre lo sucedido y su gravedad: “El tema de la censura, sé que hubo momentos en los que fue mucho peor, pero es serio porque estamos en democracia”. Según Martín de 16 años: “No querían que se expresara en un lugar tan importante como lo es la Ex-esma” y fundamentó que un lugar así reivindica los derechos de miles de personas. Sin embargo, esa tarde los derechos de los 30.000 fueron recordados por lxs jóvenes que pasaron por el sitio de memoria una vez cancelado el espectáculo. Las abuelas compartieron en sus redes que pibes y pibas de todas partes terminaron recorriendo la Casa por la Identidad y replicaron: “La transmisión de memoria no se suspende”.
Julieta que tiene 20 años, sigue a Milo y disfrutó en vivo su homenaje a madres y abuelas aportó otra mirada sobre lo que incomoda del cantante: “Milo transmite ciertos mensajes que al gobierno no le gustan. Es joven y lo sigue una generación que no quieren que conozca la Ex ESMA, porque no quieren que exista la memoria. Lucero y Julia creen que lo ocurrido es parte de un ataque sistemático a la cultura: “Que un artista independiente toque en un lugar tan importante les molesta porque representa que se siga generando cultura argentina propia. Lo que hace Milo no tiene nada que ver con lo de afuera. Es mostrar lo que puede hacer un pibe argentino de 17 años”.