La era de las estafas virtuales ataca sin piedad y sin importar a quién, incluso los nativos digitales caen confiando ciegamente en la cantidad de seguidores o por la recomendación de alguien popular.

Foto: Sora Shimazaki
Las estafas y robos organizados resurgen en las sociedades con un gran impacto cuando crece la pobreza, cuando escasean ofertas laborales y cuando codician las ganas de tener un ingreso rápido y fácil. Y aunque la historia de la abuelita siendo estafada parezca lo más normal, hoy en día la permanencia en internet de la generación Z y los millennials los pone en riesgo frente a los masivos fraudes en línea.
La espera implacable
En enero de 2024 Manuel tenía 18 años y como muchos jóvenes buscaba por instagram alguna página donde comprase un par de zapatillas nuevas. “Confié en la página porque tenía 40k de seguidores y la seguían varios artistas chilenos que decían que era confiable”, contó Manu. Luego empezó la lucha para que lleguen. “Me dieron mil excusas, que no tenían mi talle, que las habían mandado a otra dirección y que estaban intentado resolverlo”, detalló.

Foto: Sora Shimazaki
Antes Manuel confiaba 100% en la compra de productos online, ahora se encontraba semana tras semana reclamando su producto. La solución que le daban era que eligiera otro modelo pero para todos había que poner más plata. Lo último que le dijeron fue que luego de un mes le haría la devolución mediante una transferencia. Siguió escribiéndoles todos los meses y le dejaron de contestar.
Así mismo le pasó a Martina Segretín de 20 años cuando intentó comprar la promo del 2×1 de un emprendimiento en instagram. Aseguró: “Le mandamos la transferencia con la plata y me tenían que dar un número de seguimiento, cuando mandé el comprobante por instagram a la página me dejaron de contestar y me di cuenta que me habían bloqueado al toque”. Luego se puso a averiguar y la página se había cambiado el nombre por lo menos siete veces. “Habían tenido distintos logos, distintas fotos y no había manera de reclamar, el cuit que figuraba en la cuenta bancaria donde le habíamos mandado la plata era como que no existía”, concluyó.
Masivos y estafadores
Hace algunos meses, un cuarto de la población de San Pedro cayó en una estafa mediante una plataforma de trading cripto que les ofrecía ganancia en dólares, irreal en el mercado. Por otro lado, tenemos una ola de estafadores que venden cursos sobre cómo ser millonario. Aunque realmente su único negocio sea meter a más jóvenes en sus “asesorías” truchas que escalan hasta $2500 dólares. Pero internet es un mar de estafas: ofertas laborales, venta de productos, robos de información, duplicados de tarjetas, etc.

Luciana es millennial y se encuentra en una, como ella la describe, “desesperante situación económica”. Cuando vio en facebook la publicación de una amiga que había ganado plata rápido con una inversión desconfió pero “la necesidad era mayor”, explicó. Cuando tenía que hacer la última transferencia cayó en que definitivamente era lo que esperó desde el minuto uno. Agregó: “Su insistencia y la presión para resolver rápido, el juego con mis emociones influyen en que no pudiera pensar con claridad”.
Las crisis del sistema capitalista expone diariamente a jóvenes adultos a trabajos mal remunerados y no registrados, mientras que el acceso a una buena atención de la salud mental es cada día más cara. “En los países de ingreso bajo, solo uno de cada cinco adultos jóvenes de entre 25 y 29 años consigue encontrar un puesto de trabajo remunerado seguro (es decir, un puesto de trabajo con un empleador que paga y un contrato de más de un año de duración)”, confirma el informe de la Organización internacional del trabajo “ Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2024”
Las ofertas de trabajo escalan entre las estafas más comunes, donde vía whatsapp o telegram te ofrecen tareas como dar like o comentar una publicación en google o en youtube a cambio de una suma de dinero. Martina estudia periodismo por lo cual constantemente lucha para chequear las noticias y no caer en fake news. Afirmó que no suele confiar a primera vista en las oportunidades laborales por internet ya que hay “mucho flyer medio engañoso”.
“Lo primero que me fijo es si tiene el nombre de la empresa y si su medio de contacto parece real, por ejemplo si es un número de whatsapp para una entrevista laboral ya dudo”, apuntó y declaró haber tenido malas experiencias al respecto. Los usuarios y usuarias de las diferentes plataformas crean estrategias propias de seguridad para evitar estas estafas. Como farias_melanie que compartió en su cuenta de Tik Tok “formas de darse cuenta que una oferta laboral es falsa”.
La creciente del último tiempo ha sido sin dudas las ventas de mentorías, cursos de “life style” y “e-commerce” promocionado vía instagram y tiktok, en muchos casos por menores de edad y que es dirigida hacia el público jóven o con un nivel educativo medio/bajo. La técnica consiste en mostrar los casos de éxito, de personas que ostentan vivir con lujo. @unseraprendiendoaser es una usuaria de TikTok que cuenta su experiencia: “Es un arma de reclutamiento de personas y solo el 7% pueden ganar algo, en su momento invertí $400 dólares y nunca me animé a vender esos cursos porque eran gente realmente sin instrucción”.
Te hackean una cuenta y comparten la recomendación para invertir en bitcoin con una ganancia alta en poco tiempo, como le sucedió a Luciana. Sabían que para lograrlo ella debía endeudarse con sus conocidos, 200 mil pesos fue la última transferencia que hizo. Le prometían que retiraría 2 millones. Luego le hackearon sus cuentas de Facebook y de Instagram para compartir robando su identidad su “exitosa experiencia”. Durante el 2024 el 31% de los argentinos indicó haber sido víctima de un hackeo, según el estudio de la consultora D’Alessio IROL para la empresa de seguridad CertiSur.
Segretín agrega que “la llegada que permiten las redes sociales expone a los usuarios a sufrir estafas en masa”. Así también sucedió con el reciente episodio del Presidente Javier Milei, la estafa investigada actualmente tuvo éxito debido a que su perfil de twitter tenía un gran alcance y un público que confiaba en su conocimiento del mundo crypto.
Aunque cualquier persona puede ser potencial víctima de este tipo de delitos en general caen quienes se encuentran en una situación vulnerable, quienes deciden con sus últimos ahorros invertir en algo “redituable”, quienes tienen una necesidad urgente y buscan una solución rápida, quienes no encuentran otra oportunidad laboral o aquellos que buscan la promoción o el descuento.